30.9.05

51._ Fe

Pensamos que ése habrá sido el estado de ánimo entre ellos.

Sin embargo, en un corto plazo, ese grupo enfrentaría y vencería al mundo.
Quien no osaba confesar su verdad a una sirvienta, la proclamaría a gritos a toda la muchedumbre.
Quien se avergonzaba de ser un iluso, invitaría a serlo, y convencería, a miles de personas.
Quien temía a los romanos y a los judíos de Jerusalén, por ser sólo un pobre pescador galileo, enseñaría a las gentes de todas las lenguas, de todas las naciones, y conquistaría espiritualmente el Imperio.
Quien apenas se expresaba torpemente en arameo, con la cultura básica de un obrero de aldea, inspiraría la más elevada y famosa literatura de todos los tiempos.
Quien no tenía valor para defender a un amigo, arriesgaría y daría su vida en el martirio por él, sin dudarlo. Quien se quedaba dormido en los momentos en que había necesidad de velar y orar, sería el confortador, el animador de los corazones de millones y millones de hombres y mujeres, el cauce de sus oraciones, de sus meditaciones, de sus raptos místicos, de sus poemas, de su arte, de su música...

¡Cómo es posible! ¡Qué pasó aquí!
La respuesta es: "Creyeron en la resurrección de Jesús".